¿Quieres triunfar después de graduarte, pero no tienes idea por donde empezar?

De lavar platos a una de las empresas más grandes del mundo.

#SueñaloyLogralo

Enero 15, 2007. Ese fue el día en que comencé a trabajar formalmente. Antes había vendido chocolates, velas, manillas y otras cosas para ganar dinero, pero nunca había estado en una nómina laboral. Tenía 17 años y mi primer trabajo fue lavando platos en un restaurante.

Trabajaba 20 horas a la semana y el resto del tiempo lo dedicaba a estudiar. Sabía que era un trabajo temporal, algo que me podía ayudar a pagar algunos gastos y a obtener comida gratis o descuentos en el restaurante.

Desde ese entonces me visualizaba creando mi propia empresa o trabajando en una empresa global, así que no me importaba lavar platos por un tiempo. Sabía que si me esforzaba al máximo se darían las cosas de una u otra manera. No fue fácil, no fue rápido, pero después de 10 años entré a una de las empresas más grandes de tecnología del mundo. Aquí te contaré cómo lo hice.

2008. Después de lavar platos por un tiempo, pasé a lavar baños y pisos, ya que me pagaban un poco más. El trabajo era más desagradable, pues tenía que aguantar los olores de los inodoros y basuras, pero podía ahorrar más dinero para la universidad, así que no me importaba. Para ahorrar aún más, comía la mayoría del tiempo atún con pastas, pues era lo más económico y también asistía a todos los eventos de la universidad donde dieran comida gratis. Me rebuscaba la comida como fuera, pues a parte de la renta, era mi gasto mensual más alto.

Al mismo tiempo que trabajaba tomaba muchas clases para poder terminar rápido la universidad y estaba en todas las actividades extracurriculares posibles para poder obtener becas. Me exigía mucho sin poner mucha atención a mi salud hasta que me vi con muchos kilos menos y una gastritis aguda. Como dicen por ahí parecía un palillo y, además, de eso amarillo. Estaba comiendo muy poco, mi familia estaba muy preocupada y fueron los que me hicieron dar cuenta de que no podía seguir así. Dejé de estudiar y trabajar unos meses para recuperarme y poner primero mi salud, pues sin esta no podía hacer nada.

En el 2009 empecé a comer a las horas debidas y saludablemente. También empecé a hacer más ejercicio y cuando me sentí bien regresé a la universidad.

Esta vez trabajando en la cafetería, haciendo sándwiches y comida china. Me enfoqué en terminar la universidad lo más pronto posible para no tener que preocuparme cada semestre por cómo iba a pagar la matrícula si es que no me daban alguna beca. En total recibí 6 becas en el pregrado y eso me ayudó muchísimo. Más adelante te contaré cómo conseguí esto y cómo logré graduarme sin deber nada, teniendo un simple trabajo lavando platos o ayudando en la cafetería.

En el 2011 me gradué Cum Laude de Negocios Internacionales hablando tres idiomas…

Es importante que desde temprana edad tengas conocimientos básicos de qué hacer con tu dinero para que así lo hagas trabajar para ti y que no seas tú el que trabaja toda la vida para conseguir dinero. Mucha gente trabaja hasta los 60 años o más esperando que el gobierno les dé una pensión para poder dejar de trabajar. Lo que no piensan es que esa pensión será muy mínima y que no es lo mismo disfrutar tu dinero cuando eres joven que en la vejez. ¡Así que pon atención a este capítulo, aprende cómo funciona el dinero y retírate joven!

Una vez comiences a trabajar, seguir tu presupuesto y ahorrar te preguntarás qué hacer con ese dinero que tienes en el banco. Si no quieres trabajar para toda la vida y quieres que tu dinero crezca mucho más rápido tendrás que invertirlo. Las siguientes son algunas de las formas más populares de inversión alrededor del mundo, que han estado funcionando por muchos años, han llevado a muchas personas a ser millonarios y que mucha gente joven como tú han puesto en práctica.

Bolsa de valores
Invertir en acciones es probablemente la forma más fácil de comenzar a invertir, pues con 200 dólares o hasta menos (dependiendo del país) lo puedes hacer. Pero como cualquier tipo de inversión primero tienes que saber bien de qué se trata; así que voy a explicarte brevemente este concepto.

Muchas compañías cuando están creciendo o necesitan más dinero deciden volverse públicas, poner su empresa en la bolsa de valores y vender acciones al público. Gracias a esto una persona como tú o yo puede comprar una acción de estas compañías sin tener que estar trabajando allí o tener ninguna relación con ella. ¿Cuáles son algunas de estas compañías? Apple, Google, Ford, Snapchat, Microsoft y probablemente la mayoría de las empresas grandes que conoces. Al volverse públicas estas compañías tienen que mostrar sus finanzas al público y de este modo las personas tienen una mejor idea de su rendimiento y si sería buena inversión o no.

Existen muchas formas de invertir en la bolsa de valores, pero en este libro sólo explicaré la más común y fácil de aplicar para cualquier persona...

Antes de empezar mi maestría, decidí irme a Europa por 30 días con mis mejores amigos. Ya tenía las becas y la vivienda asegurada así que quería disfrutar y merecía un buen viaje por todo el esfuerzo y logros. Podía viajar tranquilamente. Los tiquetes los conseguí gratis, pues redimí millas que había ganado con una tarjeta de crédito, me hospedé en casas de amigos o hostales baratos. Viajaba en bus o a veces en avión dentro de Europa, pues allá no es costoso, y comía en lugares económicos así que no gaste tanto dinero como pensarás. De hecho, la estaba pasando tan bien y tenía lugares donde hospedarme que extendí mi viaje más tiempo. ¡Termine quedándome 50 días y recorriendo 11 países!

Fue un viaje que nunca olvidaré. Una semana en Ibiza, un barco cruzando al anochecer entre Estocolmo y Helsinki. Un mundo diferente, pero con hermosos palacios en Rusia, ciudades de cuentos de hadas por Estonia y Letonia. Mucha historia en Polonia. Un castillo, puentes y lugares increíbles en Praga. Una ciudad con una vibra y ambiente único en Ámsterdam. Nada como caminar por París y conocer sus lugares únicos. La magia en Barcelona, el tinto de verano en Madrid, y la genialidad de San Sebastián. Terminando con una buena pizza y helado en Roma.

Después de este viaje, llegué lleno de energías y enfocado a la maestría. Lo di todo desde el principio y aseguré un trabajo en una muy buena empresa. Antes de empezar ese trabajo decidí darme otro viaje inolvidable.

Viaje 30 días desde Río de Janeiro hasta Buenos Aires con un parcero. Solo teníamos hostal para los primeros 3 días y nada más. Íbamos de mochileros, quedándonos en el lugar que nos gustara. Cada ciudad, lugar, playa, comida, persona en el viaje fue increíble. Bailar en los precarnavales, subir al Cristo Redentor, entrar al Maracaná, explorar Florianópolis, la calle más linda del mundo en Porto Alegre, cruzar caminando de Brasil a Uruguay, disfrutar de Punta del Este, la buena vibra en Montevideo, ver el atardecer en un barco de Uruguay a Argentina. Caminar por los barrios y calles en Buenos Aires. Una experiencia para recordar toda la vida.

Estos dos viajes épicos que te conté los pude realizar porque me había esforzado mucho antes. Porque ya había conseguido lo que quería que era tener todo pago en la Universidad y un trabajo con un salario alto al graduarme. Desde el colegio creí que podía hacer esos viajes y los puse como metas. Cree buenas relaciones todos los años sin pensar que luego me podrían hospedar. Conseguí becas para la universidad, un excelente trabajo, manejé mi dinero inteligentemente, hice proyectos para ganar dinero extra, y tenía guías o mentores que ya conocían esos países y me aconsejaron. Todos esos puntos, que son los capítulos de este libro, me permitieron viajar. Todos se conectan de alguna manera en algún momento y así pude y sigo conociendo este maravilloso planeta.

Ahora te estarás preguntando cómo tú sin mucho dinero en el bolsillo puedes viajar a otro país. Pues bien, las siguientes son algunas de las opciones que puedes considerar...

De dormir en la calle a hablar en la ONU y ser una de las 100 mujeres más influyentes del mundo

Nacida en San Fernando, Argentina, Evelina Cabrera no tuvo una adolescencia nada fácil. Sus padres se separaron cuando ella tenía 12 años, no tenían recursos para sostenerla junto a sus 2 hermanos menores y en ocasiones olvidaban e ignoraban a Evelina totalmente. Ella se dio cuenta de que su presencia le quitaba un plato de comida a sus hermanos y por esto decidió irse de la casa a los 15 años. Dormía en la calle y cuidaba autos, repartía volantes, hacía trabajos en un mercado local y como camarera ilegal en algunos bares porque era menor. También trabajó como protectora de prostitutas de la zona y al mismo tiempo logró terminar la escuela.

Además de todo esto, Evelina tenía un novio que le pegaba. Tenía una relación violenta con su novio y con su familia no podía casi contar para nada, así que intentó suicidarse. Tomó varios tipos de pastillas y regresó a su casa a pasar esa noche. Sin embargo, al otro día amaneció como si nada y fue al mercado a trabajar. Allí al ver en un viejo televisor a una niña en silla de ruedas pidiendo un respirador se dio cuenta de que en realidad debería estar agradecida por estar viva y que solo ella era responsable de su futuro. Había tocado fondo y tenía que levantarse. Cambió su mentalidad y decidió demostrarle a los demás que podía llegar hasta donde ella se lo propusiera.

En el bar donde trabajaba conoció a una joven que jugaba fútbol y decidió acompañarla a entrenar un día. Inmediatamente se dio cuenta de que el fútbol era su pasión y que las jugadoras de ese equipo, aunque tenían las ganas eran muy malas. Le propuso a la capitana que entrenaran más fuerte, pero le dijeron que no y la rechazaron en el equipo. Esto solo la motivó más a demostrarles que ella sí podía...